                   ...         Para los Darwinistas la evolución significa         evolución naturalista, porque ellos         insisten en que la ciencia tiene que asumir que el cosmos es         un sistema cerrado de causas y efectos materiales, lo que no         pueden ser nunca influídos por nada ajeno a la         naturaleza material -por ejemplo, por Dios. ...                                      En 1874, el gran teólogo         prebisteriano Charles Hodge preguntó la         cuestión que yo he preguntado: ¿Qué es el         Darwinismo? Después de una cuidadosa, completa y         justa evaluación de la doctrina, su respuesta fue         inequívoca: "Es Ateísmo." Otra manera de         expresar esta proposición es que el Darwinismo es la         respuesta a una pregunta específica que nace del         naturalismo filosófico.                                             |          ¿Qué es el Darwinismo?                  Por Phillip E. Johnson                                      Fuente: Man and Creation:         Perspectives on Science and Theology                   (Bauman ed., 1993), Editorial         Hillsdale College, Hillsdale, MI 49242                   © Hillsdale College, 1992                                                         Hay un juego popular de televisión llamado "Jeopardy"         en el que se invierte el orden natural de las cosas. En vez         de hacer una pregunta a la que se debe suministrar una         respuesta, a los concursantes se le suministra una respuesta         y se les pide que provean la pregunta apropiada. Este         formato sugiere un punto de vista que es aplicable a las         leyes, a la ciencia y en verdad a todo. Lo importante no es         conocer necesariamente todas las respuestas, y sí         saber qué pregunta se ha hecho.                                      Este formato es el punto de partida de mi         investigación acerca de la evolución         Darwinista y su relación con la creación,         porque el Darwinismo es la respuesta a dos diferentes tipos         de preguntas. Primero, la teoría Darwinista nos dice         cómo una cierta diversidad en formas de vida puede         desarrollarse una vez que tenemos varios tipos de organismos         complejos ya en existencia. Si una pequeña         población emigra hacia una isla aislada, por ejemplo,         una combinación de entrecruzamientos, mutación         y selección natural puede causar que esta         población aislada desarrolle características         diferentes de aquellas poseídas por la         población ancestral en la región de origen.         Cuando la teoría se entiende en este sentido         limitado, la evolución darwinista no es         polémica y no posee implicaciones importantes         filosóficas o teológicas.                                      Sin embargo, los biólogos evolucionistas no se         contentan con explicar cómo las variaciones ocurren         dentro de ciertos límites. Ellos aspiran a contestar         una pregunta mucho mas amplia y que es cómo         organismos como el de los pájaros, flores y seres         humanos llegaron a existir por primera vez. La respuesta         Darwiniana a esta segunda pregunta es que la fuerza creativa         que produjo plantas complejas y animales de predecesores         unicelulares durante largos períodos de tiempo         geológico es esencialmente la misma que produce         variaciones en flores, insectos y animales domésticos         ante nuestros propios ojos. En palabras de Ernst Mayr, el         decano de los Darwinistas de hoy día, "la         evolución transespecífica         (macroevolución) no es otra cosa que la         extrapolación y magnificación de los eventos         que se producen dentro de las poblaciones y especies." La         evolución Neo-Darwiniana en este sentido amplio es         una doctrina filosófica tan falta de soporte         empírico que el sucesor de Mayr en Harvard, Stephen         Jay Gouyld, la declaró, en un momento irreflexivo,         "en efecto muerta". Sin embargo, el Neo-Darwinismo         está muy lejos de la muerte, al contrario, es         continuamente proclamada en los textos y en los medios de         comunicación como un hecho incontrovertible.         ¿Cómo es posible que tantos científicos e         intelectuales, que se precian a sí mismos de su         empirismo y de su espíritu abierto a todas las         opciones continuen aceptando una teoría que no es         empírica como un hecho científico?                                      La respuesta a esa pregunta descansa en la definición         de cinco términos clave. Los términos son         creacionismo, evolución, ciencia, religión, y verdad. Una vez que entendemos cómo estas         palabras son usadas en el discurso evolucionista, la         predominancia continua del Neo-Darwinismo no será un         misterio y no necesitaremos ser engañados por los         reclamos de que la teoría está apoyada por una         "evidencia aplastante". Debo advertir antes de comenzar, que         el usar de modo claro palabras no es la actividad inocente y         pacífica que la mayoría de nosotros creemos.         Hay poderosos intereses creados en esta área que         pueden florecer sólamente en medio de la         ambigüedad y la confusión. Esos que insisten en         definir los términos con precisión y en         usarlos con consistencia pueden verse mirados con sospecha y         hostilidad e inclusos de ser acusados de ser enemigos de la         ciencia. Pero aceptemos ese riesgo y procedamos a las         definiciones.                                      La primera palabra es creacionismo, que         significa simplemente creer en la creación. En el uso         Darwinista, que domina no sólo la literatura         científica profesional y de divulgación, sino         también los medios de comunicación, un         creacionista es una persona que toma el relato de la         creación del Libro de la Génesis como verdad         literal. La Tierra fue creada en una semana de seis         días de 24 horas cada uno y hace no más de         10,000 años; el acontecimiento biológico fue         la inundación de Noé; y no ha habido         ningún gran cambio en las formas de vida desde el         comienzo. Es el tema principal de la propaganda Darwinista         que las únicas personas que tienen cualquier duda         sobre el Darwinismo son creacionistas de una tierra joven de         este tipo, que son descritos siempre como rechazando la         evidencia clara y convincente de la ciencia para preservar         un prejuicio religioso. La implicación es que los         ciudadanos de la sociedad moderna se enfrentan a una         elección que no es una elección en         ningún sentido. O ellos rechazan toda la ciencia y         retroceden a una visión del mundo premoderna o creen         todo lo que los Darwinistas le dicen.                                      En el sentido amplio, sin embargo, un creacionista es         simplemente una persona que cree en la existencia de un         creador, que creó al mundo y sus habitantes para         un propósito. Si el proceso de la creación         tomo una semana o billones de años carece         relativamente de importancia desde el punto de vista         filosófico o teológico. La Creación         mediante un proceso gradual através de edades         geológicas puede crear problemas para las         interpretaciones bíblicas, pero no crea ninguno para         el principio básico de la religión         teísta. Y la creación en este sentido amplio,         de acuerdo a un survey de Gallup en 1991, es el credo del 87         % de los norteamericanos. Si Dios nos trajo a la existencia         para un propósito, entonces el conocimiento mas         importante que hay que poseer es el concocimiento de Dios y         de qué Él pretende para nosotros. Es la         creación en ese sentido amplio consistente con la         evolución?                                      La respuesta es que no en lo absoluto, cuando la         "evolución" es entendida en el sentido Darwinista.         Para los Darwinistas la evolución significa         evolución naturalista, porque         ellos insisten en que la ciencia tiene que asumir que el         cosmos es un sistema cerrado de causas y efectos materiales,         lo que no pueden ser nunca influídos por nada ajeno a         la naturaleza material -por ejemplo, por Dios. En el         comienzo una explosión de materia creó el         cosmos y una evolución naturalista, no dirigida,         creó todo lo demás. Desde este punto de vista         filosófico se continúa deductivamente que         desde el comienzo ningún propósito inteligente         guió la evolución. Si existe hoy inteligencia,         es sólo porque ha evolucionado por sí misma a         través de procesos materiales sin         propósitos.                                      Una teoría materialista de la evolución tiene         que invocar por su esencia dos tipos de procesos. En el         fondo la teoría tiene que basarse en el azar, porque         es lo que queda cuando hemos descartado todo lo que envuelve         inteligencia o propósito. Las Teorías que         invocan solo el azar no son         creíbles, sin embargo. Algo que todo el mundo         reconoce es que los organismos vivientes son enormemente         complejos, mucho más que una computadora o un         aereoplano. Que tales entidades complejas llegaro a existir         sólo por azar es claramente menos creíble que         fueron diseñadas y construídas por un creador.         Para respaldar la aserción de que esa apariencia de         diseño inteligente es una ilusión, los         Darwinistas necesitan proveer alguna compleja fuerza         constructiva que sea irracional y sin propósito. La         selección natural es por un amplio margen el         candidato mas plausible.                                      Si asumimos que las mutaciones genéticas casuales         proveen la nueva información genética,         digamos, para darle a un pequeño mamífero un         principio de alas y si asumimos que cada         pèqueño avance en el proceso de         construcción del ala le dio al animal mayores         posibilidades de sobrevivencia, entonces la selección         natural se asegurará que las criaturas favorecidas         prosperen y se reproduzcan. Se desprende por lógica         que las alas pueden y aparecerán como si fueran el         plan de un diseñador. Desde luego, si las alas u         otras mejoras no aparecen, la teoría explica la         ausencia de la misma forma. Las mutaciones necesarias no         arribaron o ciertas "restricciones del desarrollo" dejaron         fuera ciertas posibilidades o la selección natural         favoreció algo distinto. No se requiere que ninguna         de estas especulaciones sean confirmadas experimentalmente o         mediante la evidencia de los fósiles. Para los         Darwinistas ser capaz de imaginar el proceso es suficiente         para confirmar que algo similar tuvo que ocurrir.                                      Richard Dawkins llama al proceso de creación por         mutación y selección "El relojero ciego", por         lo cual él significa que una fuerza diseñadora         material sin propósito sustituye la divinidad         "relojera" de la teología natural. El poder creativo         del relojero ciego es apoyado solamente por una evidencia         muy ligera, tal como el famoso ejemplo de la         población the polillas en la que el porcentaje de         polillas oscuras se incrementó durante el         período en el que los pájaros fueron capaces         de ver mejor las polillas claras contra los árboles         ennegrecidos. Esto puede tomarse para mostrar que la         selección natural puede hacer algo, pero no para que         pueda crear algo que todavía no existe. Pero incluso         esa evidencia ligera es mas que suficiente para provar algo         que es evidente por sí mismo. La existencia de un         relojero ciego poderoso deviene deductivamente de la         filosofía filosófica que la naturaleza tiene         que hacer su propia creación. Puede haber         discusión sobre los detalles, pero si Dios no estaba         en la escena, algo similar al darwinismo tiene que ser         cierto, independientemente de la evidencia.                                      Esto me lleva hacia mi tercer término,         ciencia. Ya hemos visto que los Darwinistas asumen como         un primer principio, que la historia del cosmos y de sus         formas de vida son completamente explicables por principios         naturalistas. Esto refleja una doctrina filosófica         llamada naturalismo científico, que se dice es una         consecuencia necesaria de las limitaciones inherentes a la         ciencia. Lo que hace el naturalismo cietífico, sin         embargo, es transformar las limitaciones de la ciencia en         limitaciones de la realidad, con la intención de         aumentar el poder explicatorio de la ciencia y sus         practicantes. Desde luego es totalmentge posible estudiar         los organismos científicamente bajo la premisa dwe         que todos fueron credos por Dios, de la misma forma que los         científicos estudian los aereoplanos e incluso obras         de arte sin negar que esos objetos son diseños         inteligentes. El problema de aceptar el papel de Dios en la         historia de la vida no es que la ciencia dejaría de         existir, sino que los científicos tendrían que         reconocer la existencia de algo importante que se encuentra         fuera de los límites de la ciencia natural.permitir.         Para los científicos que quieren explicarlo todo -y         las "teorías de todo" se anticipan ahora abiertamente         en la literatura científica- esto es una posibilidad         intolerable.                                      El segundo aspecto del naturalismo científico que es         importante para nuestro propósito es su conjunto de         reglas que gobierna la crítica y el reemplazo de un         paradigma. Un paradigma es una teoría general, como         la teoría Darwinista de la evolución, que ha         alcanzado aceptación general en la comunidad         científica. El paradigma unifica las especialidades         que conforman la comunidad de investigación y         guía la investigación en todas ellas. De esta         manera, zoologos, botánicos, genetistas,         biólogos moleculares y paleontólogos ven su         investigación como dirigida a llenar los detalles del         paradigma Darwiniano. Si un biólogo molecular ve un         patrón de mutaciones aparentemente neutrales, que no         tienen un efecto aparente sobre la adaptabilidad del         organismo, ellos tienen que buscar una manera de reconciliar         sus hallazgos con el requerimiento del paradigma de que la         selección natural guía la evolución.         Esto ellos lo pueden hacer postulando una cantidad         suficiente de mutaciones adaptativas invisibles, las que se         estiman cumuladas por selección natural. De modo         similar, si los paleontólogos ven nuevas especies         fósiles apareciendo súbitamente en el registro         fósil y que permanecen básicamente sin cambios         desde ese entonces, ellos deben realizar las contorsiones         necesarias para forzar esa evidencia recalcitrante dentro         del modelo de cambios graduales a través de la         acumulación de micromutaciones.                                      Respaldar el paradigma puede incluso demandar lo que en         otros contextos sería llamado fraude. Como Niles         Eldredge cándidamente admitió: "Nosotros, los         paleontólogos, hemos dicho que la historia de la vida         apoya [el relato de los cambios adaptativos graduales]         sabiendo todo el tiempo que no es así."[1] Eldredge         explicó que este patrón de         tergiversación ocurrió porque "la certeza tan         característica de la jerarquía evolucionista         desde los últimos años de la decada del         ´40, la absoluta seguridad no sólo de que la         selección natural actúa en la naturaleza, sino         que nosotros sabemos de forma precisa cómo trabaja.         Esta seguridad produjo un grado de dogmatismo que Eldredge         dijo resultó en la relegación a una         "región lunática" de los paleontólogos         que reportaron que "vieron algo fuera de lugar entre la         teoría evolucionista contemporánea por una         parte, y patrones de cambio en el registro fósil por         la otra."[2] Bajo las circunstancias, los         paleontólogos de manera comprensible se tragaron las         dudas y apoyaron la ideología reinante. Abandonar el         paradigma sería abandonar la comunidad         científica; ignorar el paradigma y sólamente         reunir hechos sería ganarse la etiqueta despectiva de         "coleccionista de sellos de correo".                                      Como muchos filósofos de la ciencia han observado, la         comunidad de investigación no bandona un paradigma en         ausencia de un remplazo adecuado. Esto significa que la         crítica negativa del Darwinismo, a pesar de lo         devastadora que pueda aparecer, es en esencia irrelevante         para los investigadores profesionales. La crítica         puede señalar, por ejemplo, que la evidencia de que         la selección natural tiene cualquier poder creativo         es en algún punto entre débil o no existente.         Eso es perfectamente cierto, pero para los Darwinistas el         punto más importante es éste: si la         selección natural no hizo la creación,         ¿qué lo hizo? "Dios" es obviamente inaceptable,         porque tal ser es desconocido para la ciencia. "No sabemos"         es igualmente inaceptable, porque adnmitir ignorancia         dejaría la ciencia a la deriva sin un principio         director. Para poner el problema en los términos         más prácticos: es imposible escribir o evaluar         una propuesta de subsidio sin un marco teórico de         trabajo aceptado por la generalidad.                                      El reinado del paradigma explica por qué el         reconocimiento de Gould de que el neo-Darwinismo está         "efectivamente muerto" no tuvo efecto significativo en la fe         Darwinista, o incluso en Gould mismo. Gould hizo la         afirmación en un papel que predecía la         aparición de una nueva teoría de la         evolución, en base de las especulaciones         macromutacionales del genetista de Berkeley Richard         Goldschmidt.[ 3] Cuando la nueva teoría no         arribó como se había anticipado, las         alternativas eran o apegarse con la versión de Ernst         Mayr del neo-Darwinismo, o conceder que los biólogos         después de todo no conocen un mecanismo natural que         pueda producir la complejidad biológica. Eso no era         en modo alguno una alternativa. Gould tuvo que emprender una         rápida retirada al Darwinismo clásico para         evitar darle alguna ayuda y alivio a los enemigos del         naturalismo científico, incluídos esos         repugnantes creacionistas.                                      Tener que defender una teoría muerta con dientes y         uñas difícilmente puede ser una actividad         satisfactoria, y no es sorprendente de que Gould fuera         ofensivo hacia personas como yo mismo, que llamaron la         atención sobre su problema.[ 4] No quiero         ridiculizarlo, porque lo tengo en alta estima por ser uno de         los pocos Darwinistas que ha reconocido los problemas         mayores de la teoría y los ha reportado con         honestidad. Su tragedia es que no puede admitir las clartas         implicaciones de sus propios pensamientos sin en efecto         abandonar la ciencia.                                      La continuada sobrevivencia de la ortodoxia Darwinista         ilustra el famosos punto de Thomas Kuhn de que la         acumulación de anomalías nunca demuestra la         falsedad de un paradigma, porque "Rechazar un paradigma sin         sustituirlo por otro es rechazar la ciencia misma."[ 5] Esta         práctica puede ser apropiada como un medio de         conducir la empresa profesional llamada ciencia, pero puede         ser groseramente engañosa cuando se le impone a         personas que están haciendo otras preguntas distintas         de las que los científicos naturalistas quieren         preguntar. Supóngase, por ejemplo, que quiero saber         si Dios tiene algo que ver con la creación de los         organismos vivos. Una respuesta típica darwinista es         que no hay razón para invocar una acción         sobrenatural porque la selección natural Darwinista         es capaz de hacer el trabajo. Para evaluar esa respuesta,         necesito saber si la selección natural tiene el poder         creativo fantástico que se le atribuye. No es una         respuesta suficiente que los científicos no tienen         nada mejor que ofrecer. El hecho de que los         científicos no les guste decir "no sabemos" no me         dice nada acerca de lo que ellos en realidad         saben.                                      No estoy sugiriendo que los científicos tengan que         cambiar sus reglas acerca de la conservación y         abandono de los paradigmas. Todo lo que yo quiero de ellos         es que sean francos acerca de la evidencia contradictoria y         admitan, si ese es el caso, que ellos se amarran al         Darwinismo sólo porque ellos prefieren una         teoría débil que no tener ninguna. Lo que         ellos continúan haciendo, sin embargo, es presentar         la Evolución Darwiniana al público como un         hecho que se espera toda persona racional acepte. Si hay un         sustento razonable para dudar la teoría, tal         dogmatismo es ridículo, tanto si los que tienen dudas         tienen una mejor teoría que proponer como si no la         tienen.                                      Para los creyentes en la creación, los Darwinistas se         ven totalmente intolerentes y dogmáticos cuando         insisten que su propia filosofía debe tener el         monopolio de las escuelas y los medios de         comunicación. Los Darwinistas no se ven a sí         mismos de esa manera, desde luego. Al contrario, ellos se         sienten agraviados cuando los creacionistas (tanto en el         sentido amplio como en el estrecho) piden que se escuchen en         público y sean justamente consisderados sus         argumentos. El insistir en que los escolares sean         enseñados que la evolución Darwinista es un         hecho, está dirigido en sus mentes tan sólo         para proteger la integridad de la educación         científica, el presentar la otra cara del caso         sería permitirle a fanáticos coaccionar con         sus opiniones a otros. Incluso profesores de colegios han         sido prohibidos de expresar sus dudas acerca de la         evolución Darwinista en clase, y parece que se cree         por muchos que la Constitución no sólo permite         sino que actualmente requiere tales restricciones de la         libertad académica. Para explicar esta bizarra         situación, tenemos que definir nuestro cuarto         término: religión.                                      Supóngase que un escéptico arguye que la         evidencia de la creación biológica obviamente         es insuficiente, y que en esas circunstancias le debemos dar         una consideración seria a la posibilidad de quee el         desarrollo de la vida requiere alguna acción de un         pre-existente creador con un propósito. Para los         naturalistas científicos esta sugerencia es         "creacionista", y entonces inaceptable por principio, porque         invoca una entidad desconocida para la ciencia. Lo que es         peor, sugiere la posibilidad de que este creador puede         haberse comunicado de alguna manera con los humanos. En ese         caso, pudiera haber personas-profetas reales con un genuino         conocimiento de Dios, los que no serían fraudes ni         soñadores. Tales personas pudieran ser considerados         como rivales peligrosos por los científicos como         autoridades culturales.                                      La filosofía naturalista ha creado una estrategia         para prevenir que surja este problema: etiqueta al         naturalismo como ciencia y al teísmo como         religión. El primero es clasificado como         conocimiento, y el         último, como creencia. Esta         distinción es de importancia crítica, porque         sólo el conocimiento puede ser objetivamente         válido para cualquiera, la creencia sólo es         válida para el creyente, y jamas debe ser transmitida         como conocimiento. El estudiante que piensa que la 2         más 2 hacen 5, o que el agua no está hecha de         hidrógeno y oxígeno, o que la teoría de         la evolución no es cierta, no está expresando         un punto de vista minoritario. Él o ella es un         ignorante y el trabajo de la educación es curar esa         ignorancia y remplazarla con conocimeinto. Los estudiantes         en las escuelas públicas deben entonces ser         enseñados a una temprana edad que "la         evolución es un hecho", y con el tiempo ellos         gradualmente aprenderán que la evolución         significa naturalismo.                                      En resumen, la proposición de que Dios estuvo en         alguna manera envuelto en nuestra creación         está en efecto fuera de la ley y negado         implícitamente. Y es así porque la         evolución naturalista está por         definición en la categoría de conocimiento         científico. Lo que contradice el conocimiento es         implícitamente falso o imaginario. Por ello es que es         posible para los científicos naturalistas decir de         buena fe que por una parte, su ciencia nada dice acerca de         Dios, y por lo otra, que ellos han dicho todo lo que puede         decirse de Dios. En la filosofía naturalista ambas         proposiciones en el fondo son la misma. Todo lo que se         necesita decir de Dios es que no hay nada qué decir,         porque en ese tema no podemos tener conocimiento.                                      Nuestro quinto y último término es         verdad. La verdad como tal no es un concepto         particularmente importante en la filosofía         naturalista. La razón para esto es que "verdad"         sugiere un absoluto incambiable, mientras que el         concoimiento científico es un concepto         dinámico. Como la vida, el conocimiento evoluciona y         crece hacia formas superiores. Lo que es conocimiento en el         pasado no es concocimiento hoy, y el conocimiento futuro         seguramente será muy superior a cuanto tenemos ahora.         Sólo el naturalismo por sí mismo y la validez         única de la ciencia como senda al conocimiento son         absolutos. No puede haber criterio de la verdad fuera del         conocimiento científico, no hay mente de Dios a la         que tengamos acceso.                                      Esta manera de entender las cosas persiste incluso cuando         los científicos emplean un lenguaje que suena         religioso. Por ejemplo, el físico Stephen Hawking         finalizó su famoso libro "Una breve historia del tiempo"         con la predicción de         que el hombre pudiera algún día "conocer la         mente de Dios". Esta frase hizo que algunos de mis amigos         tuvieran la errónea impresión de que él         sentía cierta atracción por la religión         teísta. En el contexto Hawking no se estaba         refiriendo a un ser sobrenatural y eterno, sin embargo, sino         a la posibilidad de que el conocimiento científico         llegaría a ser completo y a contenerlo todo, porque         habría explicado los movimientos de las         partículas materiales en todas las         circunstancias.                                      El monopolio de la ciencia del reino del conocimiento         explica por qué los biólogos evolucionistas no         encuentran con sentido enfocar la pregunta de si la         teoría Darwinista es verdadera. Ellos         concederán bien dispuestos que la teoría es         incompleta, y que se necesita más         investigación sobre los mecanismos de la         evolución. Sin embargo, en cualquier tiempo dado, la         teoría de la evolución naturalista representa         el estado del conocimiento científico acerca de         cómo llegamos a existir. El conocimiento         científico es por definición la         aproximación mas cercana a la verdad absoluta que         disponemos. Preguntar si este conocimiento es verdad es         entonces errar el tiro y poner en evidencia el         desconocimientomde "como la ciencia trabaja".                                      Hasta aquí he descrito las categorías por las         que los científicos naturalistas han excluido el         tópico de Dios de la discusión racional y por         lo tanto asegurado que el recuento Darwinista de la         creación totalmente naturalista es efectivamente         verdadero por definición. No es necesario explicar         por qué los ateos encuentran este sistema de control         de pensamiento aceptable. Lo que es un poco más         difícil de entender, al menos al principio, es el         fuerto apoyo que el Darwinismo continúa recibiendo         del mundo académico cristiano. Intentos de investigar         la credibilidad del recuento de la evolución         Darwinista son vistos con muy poco entusiasmo por muchos         profesores cristianos destacados de ciencia y         filosofía, incluso en instituciones generalmente         calificadas como conservasdoras en teología. Dado que         el Darwinismo es intrínsecamente naturalista y por lo         tanto, antagonista a la idea de que Dios tiene algo que ver         con la historia de la vida, y que ello juega un papel         central en asegurar el dominio agnóstico de la         cultura intelectual, se pudiera suponer que los         intelectuales cristianos (junto con los religiosos         judíos) estarían ansiosos de encontrar sus         puntos débiles.                                      En vez de eso, el punto de vista prevaleciente entre los         profesores ha sido el que el Darwinismo o         "evolución", como ellos tienden a llamarlo es         invencible, y que puede ser interpretado como consistente         con la creencia cristiana. Y en efecto, el Darwinismo es         invencible en cuanto uno acepta las categorías del         pensamiento del naturalismo científico que he estado         describiendo. El problema consiste en que esas mismas         categorías del pensamiento hace del teísmo         cristiano y de cualquier otro teísmo, absolutamente         insostenible. Si la ciencia tiene la exclusiva autoridad         para decirnos cómo la vida fue creada, y si la         ciencia está dirigida al naturalismo, y si la ciencia         nunca descarta un paradigma hasta que se le presenta una         alternativa naturalista aceptable, entonces la         pòsición del Darwinismo es inconquistable         dentro de la ciencia. El mismo razonamiento que hace el         Darwinismo inevitable, también excluye que Dios         realice cualquier acción en la historia del Cosmos,         lo que significa que hace ilusorio el teísmo. El         naturalismo teísta se contradice a sí         mismo.                                      Algunos tienen la esperanza de evitar la         contradicción afirmando que el naturalismo reina         sólo dentro del campo de la ciencia, y que existe         otro campo separado llamado "religión" en el que el         teísmo puede florecer. El problema con este arreglo,         como ya hemos visto, es que en la cultura naturalista las         conclusiones científicas son consideradas         conocimiento, o incluso, hechos. Lo que está fuera de         los hechos es fantasía, y cuando más, creencia         subjetiva. Teístas que se acomodan con el naturalismo         científico entonces no pueden afirmar que su Dios es         real en el mismo sentido que la evolución es         real. Esta regla es esencial para todo el estado mental que         produjo el Darwinismo en primer lugar. Si Dios esiste         Él pudiera ciertamente trabajar a través de         mutaciones y selección natural, pero Él         también pudiera crear por algunos medios totalmente         fuera de la comprensión de nuestra ciencia. Sin         embargo, una vez que ponemos a Dios en la pintura, no hay         una buena razón para atribuir la creación de         la complejidad biológica a mutaciones azarosas y a la         selección natural. Evidencia directa de que estos         mecanismos tienen un substancial poder creativo no se ha         encontrado en la naturaleza, el laboratorio, o los registros         fósiles. Un paso esencial en el razonamiento que         establece que la selección Darwiniana creó las         maravillas de la biología es que nada mas estaba         disponible. El teísmo es por definición la         doctrina de que algo más estaba disponible.                                      Quizás la contradicción es difícil de         ver cuando se establece en un nivel abstracto, por lo que         daré un ejemplo concreto. Aquellos que abogan por la         posición de compromiso llamada "evolución         teísta" están confusas, en mi experiencia,         acerca de que ellos quieren decir por "evolución".         Ellos tienen una buena razón para ser imprecisos.         Como hemos visto, la evolución Darwiniana es por         definición no dirigida y sin propósito, y tal         evolución no puede en ningún sentido         lógico ser teísta. Para la evolución         ser genuinamente teísta tiene que ser guiada por         Dios, tanto si esto significa que Dios programó el         proceso desde el principio o intervino de tiempo en tiempo         para darle un empujón en la dirección         correcta. Para los Darwinistas la evolución guiada         por Dios es una forma suave del creacionismo, lo que es         decir que no es evolución en lo absoluto. Para         repetir, esta comprensión va al corazón mismo         del pensamiento Darwinista. Permite a una preexistente         inteligencia supranatural guiar la evolución y este         ser omnipotente puede hacer mucho más que eso.                   Desde luego, los teístas pueden pensar que la         evolución es guiada por Dios tanto si los Darwinistas         naturalistas les gusta o no. El problema en tener una         definición privada para los teístas, sin         embargo, es que los científicos naturalistas tienen         el poder de decidir qué significa el término         "evolución" en el discurso público, incluyendo         las clases de ciencia en las escuelas públicas. Si         los evolucionistas teístas transmiten el mensaje que         la evolución como ellos lo entienden         no daña la religión teísta,         están desinformando a su auditorio a menos que         añadan una clara advertencia acerca de que la         versión de la evolución defendida por la         totalidad de la corriente principal de la ciencia es algo         más también. Esa advertencia nunca es         claramente dada, sin embargo, porque el punto principal de         la evolución teísta es preservar la paz con la         comunidad científica ortodoxa. Luego los         evolucionistas teístas sin darse cuenta sirven a los         propósitos de los naturalistas científicos         ayudando a persuadir a la ciomunidad religiosa a que baje su         guardia ante la invasión del naturalismo.                                      Estamos ahora en posición de responder la pregunta         con que esta conferencia comenzó. ¿Qué es         Darwinismo? El Darwinismo es una teoría de la ciencia         empírica sólo al nivel de la         microevolución, donde provee un marco para explicar         cosas como la diversidad que se origina cuando         pequeñas poblaciones devienen aisladas         reproductivamente del cuerpo principal de las especies. Como         teoría general de la creación biológica         el Darwinismo no es empírico en lo absoluto. En su         lugar, es una implicación necesaria de una doctrina         filosófica llamada naturalismo científico, que         se basa en la asunción apriorística de que         Dios estuvo siempre ausente del reino de la naturaleza. Como         tal, la evolución en el sentido Darwiniano es         inherentemente la antítesis del teísmo, aunque         la evolución en un sentido totalmente diferente, no         naturalístico, pudiera concebirse como el         método escogido por Dios para la creación.                                      En 1874, el gran teólogo prebisteriano Charles Hodge         preguntó la cuestión que yo he preguntado:         ¿Qué es el Darwinismo? Después de una         cuidadosa, completa y justa evaluación de la         doctrina, su respuesta fue inequívoca: "Es         Ateísmo." Otra manera de expresar esta         proposición es que el Darwinismo es la respuesta a         una pregunta específica que nace del naturalismo         filosófico. Para retornar al juego de "Jeopardy" con         el que empezamos, déjennos decir que el Darwinismo es         la respuesta. Entonces, ¿cuál es la pregunta? La         pregunta es "¿Cómo tiene que haber ocurrido la         creación si suponemos que Dios no tuvo que ver con         ella? Los evolucionistas teístas logran muy poco         tratando de cristianizar la respuesta a una pregunta que         viene directamente de la agenda del naturalismo         científico. En su lugar, lo que necesitamos hacer es         desafiar la presunción de que las únicas         preguntas que merecen preguntarse son aquellas que el         naturalismo supone como apropiadas.                                      Notas                                      [1] Niles Eldredge, Time Frames         (Heinemann, 1986), 144.                   [2] Ibid., 93.                   [3] Stephen Jay Gould, "Is a New and General Theory of         Evolution Emerging?" Paleobiology, 6 (1980),         119-130, reprinted in Maynard Smith, ed., Evolution         Now: A Century After Darwin (W. H. Freeman,         1982).                   [4] See Stephen Jay Gould, "Impeaching a Self-Appointed         Judge," Scientific American, (July 1992),         118-122. Scientific American refused to         publish my response to this attack, but the response did         appear in the March 1993 issue of Perspectives on         Science and Christian Faith, the journal of the         American Scientific Affiliation.                   [5] Thomas S. Kuhn, The Structure of Scientific         Revolutions 2d ed., (Chicago: University of Chicago         Press, 1970), 79.                                       (Traducido por Arnoldo Águila en el mes         de Mayo del 2002.)                                      Fuente: Man         and Creation: Perspectives on Science and Theology                   (Bauman ed., 1993)                   © Hilldsdale College, 1996                   © para la traducción española, Arnoldo         Aguila, 2002, usado con permiso.        |          Índice:                  Índice de         boletines                                      Índice         de línea         sobre línea                   Boletín         anterior [Enero 2002]                                      Página         principal                                      Índice         general castellano                                      Libros recomendados                                         orígenes                                         vida         cristiana                                         bibliografía         general                                      Coordinadora         Creacionista                                      Museo de         Máquinas Moleculares                                      Temas de         actualidad                                      Documentos en         PDF                   (clasificados por temas)                                                                                                                                                 |